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El Euskal Echea y los comerciantes de la Avenida Entre Ríos firmaron un convenio para realizar las “ACAP” (podcast 🎧 y nota ✍️)

Se trata de las Actividades de Aproximación al mundo del trabajo, donde estudiantes de 5to año articularán tareas en los locales de Balvanera. El desarrollo de la política y los desafíos, según Esteban Valesi, referente del programa. Por Ximena González.

El colegio Euskal Echea, Asociación Cultural y de Beneficencia, y la Asociación de Comerciantes de la Avenida Entre Ríos, dos importantes instituciones de la Comuna 3, acordaron unirse para que los alumnos hagan sus prácticas pedagógicas en negocios de la zona. A través del convenio, algunos de los estudiantes del último año realizarán tareas en los establecimientos, con las que se buscará articular los contenidos que se trabajan en las orientaciones de la escuela con una formación que les permita estar más adaptados al mercado laboral.

“Las ACAP (Actividades de Aproximación) son un conjunto de prácticas profesionales que buscan que los chicos de 5to año del secundario hagan un puente con el mundo del trabajo y de la formación superior. Tiene muchos objetivos pero uno de ellos es amortiguar o hacer un poquito más fácil la transición entre el final de la secundaria hacia la universidad y el ámbito laboral”, explicó Esteban Valesi, docente y referente ACAP del Euskal. En esa línea, agregó: “Básicamente, lo que propone es primero formarlos en cosas relacionadas con la empleabilidad, como el presentarse a una entrevista o armar un curriculum, y después lo que se realiza en los espacios de trabajo, que pueden ser organizaciones de la sociedad civil, comercios, ONGs, organismos públicos, etc.”.

La Asociación de Comerciantes de la Avenida Entre Ríos fue de las primeras que se sumaron al proyecto. Según sostuvo Valesi, algo importante para ellos desde el Euskal Echea a la hora de buscar lugares era que fueran de cercanía para que los estudiantes no tengan que viajar mucho. Otro de los aspectos que resaltó fue que muchos de los negocios de la agrupación pertenecen a familias del instituto. Al respecto, sostuvo: “Son todos del barrio. Ellos nos abrieron las puertas primero y de a poco otros sitios también, es de a poquito. Creo que se trata un poco de eso, de abrir la escuela a la comunidad, ir viendo que si lo hacemos bien esta iniciativa le sirve a todos: a los chicos, las familias y los negocios”.

Este programa, iniciativa del Ministerio de Educación de la Ciudad, tuvo su prueba piloto el año pasado. En este ciclo lectivo ya es obligatorio en todos los colegios porteños. Este cambio representó un gran desafío para las instituciones, que deben ir aprendiendo sobre la marcha. Para eso se creó la figura del referente, que se encarga, entre otras cosas, de generar las relaciones con las organizaciones donde van a ir a trabajar los alumnos.

“No requiere grandes modificaciones en las estructuras. Lo que necesita para mi es el apoyo de docentes y directores de estudio, y comunicárselo muy bien a la comunidad educativa, que la escuela empiece a establecer vínculos con el barrio y con distintos organismos del sector productivo, para que esto funcione. Todo eso requiere generar una red de relaciones. Lo que veo también es que se empieza a trabajar más en equipo, es un cambio en la manera de funcionar”, sostuvo Esteban.

Además, recalcó la importancia de explicar muy bien la medida a todas las personas involucradas (empresas, profesores, padres y estudiantes). “Que los chicos van a tener que salir un tiempo del aula para ir a hacerlas y eso se desarrolla de una manera que no afecte la trayectoria educativa, que se implementan instrumentos de seguimiento, las tareas que van a realizar, todo eso tiene que estar muy bien comunicado para que nos acompañen. Se trata de armonizar un poco eso”, detalló.

También aseguró que la respuesta hasta ahora es muy buena, y cuando se le consultó qué pasaría en un escenario donde los jóvenes no quisieran asistir, respondió que hasta este momento no surgió este problema pero que desde el Euskal Echea intentaron desde un principio fomentar que tengan ganas de ir. Por eso, lo presentaron como una especie de bolsa de trabajo, con las características de cada puesto y cada lugar. “Los chicos saben que es obligatorio pero buscamos que no se sienta como así, sino como algo constructivo, y que ellos tengan cierto grado de elección”, afirmó.

Y concluyó: “Les gusta ir a los lugares, el Euskal está trabajando mucho con familias del colegio, porque es más fácil acceder a esos espacios. Tanto en esas organizaciones como en otras, son muy bien recibidos, y en general ellos están bastante contentos. A mi me da la sensación de que a medida que se vaya avanzando y se vaya comunicando esto, van a ser más establecimientos. El mayor desafío es abrir la puerta, pero una vez que las empresas se enganchan, el feedback que hemos tenido es muy bueno, nos han tratado muy bien y lo que escuchamos es muy positivo”.