Comuneros y legisladores porteños reclaman más participación de las Juntas Comunales en el diseño y la gestión de las ciclovías. Advierten importantes fallas en varios barrios.
Mediante la Ley N° 5651 se incorporó como Título Decimocuarto del Sistema de Transporte Público de Bicicleta (STPB) al Código de Tránsito y Transporte de la Ciudad de Buenos Aires, que tiene como objetivo la promoción del uso de la bicicleta como transporte saludable y respetuoso con el medio ambiente, y como método alternativo y complementario de transporte para reducir los niveles de congestión de tránsito.
El Sistema de Transporte Público de Bicicleta cuenta, entre sus propósitos más destacados, la promoción del mismo como transporte público alternativo, abarcando acciones positivas tendientes a hacer de este servicio un complemento del sistema de transporte público general y un modo alternativo que desaliente el uso del automotor privado.
Vecinos de distintas comunas denunciaron que esto provocó una merma en la posibilidad de estacionar sus vehículos en sus barrios y un creciente incremento de estacionamientos privados.
A su vez, se observa una serie de inconsistencias y falta de diagramación en el trazado de las bicisendas por las que los usuarios deben transitar. Así como hechos puntuales que muestra una falta de adecuación en situaciones donde se pone en evidente riesgo la salud de los ciclistas que utilizan los carriles diseñados.
La diputada de la Ciudad María Rosa Muiños reclamó al Poder Ejecutivo que informe las vías de participación y toma de decisiones tanto del cuerpo de Agentes de Control de Tránsito y Transporte, como así también, las correspondientes a la participación de las Comunas en el diseño e implementación de las bicisendas y ciclocarriles.
Uno de los hechos más sorprendentes se dio en el carril para bicicletas en la calle Virrey Liniers al 500 entre Belgrano y Venezuela donde se da un brusco cambio de carril que requiere ese circuito en particular.
La diputada también reclama una solución para los casos en que se advierte la existencia de contenedores en las vías destinadas al uso exclusivo de bicisendas.
Fomentar el uso de la bicicleta y desalentar el automotor es una medida que sin dudas genera un impacto positivo. Para optimizar su funcionamiento será necesario incorporar la participación de los vecinos de la Ciudad.