Las cooperativas de cartoneros de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se movilizaron al Ministerio de Ambiente y Espacio Público, ubicado en la Av. Martín García 346, para exigir garantías en la renovación de los contratos que tienen con el Gobierno porteño.
Las cooperativas de cartoneros de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se movilizaron al Ministerio de Ambiente y Espacio Público, ubicado en la Av. Martín García 346, para exigir garantías en la renovación de los contratos que tienen con el Gobierno porteño.
Estas cooperativas de recolectores urbanos fueron contratadas en el 2012 por el Gobierno de la Ciudad mediante un pliego de licitación, por una duración de cuatro años. Vencido ese plazo, este año los contratos deberían renovarse.
Los cooperativistas advierten que a la fecha no fueron convocados por el Ministerio y desconocen las condiciones del nuevo proceso licitatorio. Temen que el Ejecutivo contrate empresas privadas y desestime su participación en el servicio que prestan y que ellos mismo crearon.
El desarrollo de las cooperativas de recicladores urbanos es uno de los mejores ejemplos de participación en un proceso de inclusión que pueden tener los sectores más postergados de la sociedad. Desde el año 2001 a la actualidad, los cartoneros lograron modificaciones institucionales para reconocer y potenciar su trabajo. Crearon un sistema capaz de cuidar el medio ambiente, y de dar trabajo a familias muy afectadas por las crisis de ese entonces.
El trabajo que realizan diariamente las cooperativas consiste en una recolección diferenciada de residuos que se hace puerta por puerta. Todo el material recolectado lo trasladan a la planta que tiene cada una de sus organizaciones, allí se clasifica y posteriormente se vende.
Los recicladores realizaron durante mucho tiempo un trabajo de concientización con vecinos y consorcios, les informaron en que consistía la producción que realizaban y les entregaron folletería explicativa para fomentar la separación de residuos en origen. Por último acordaron un horario para que el cartonero pase con su carro. Este mismo método lo utilizaron con empresas y supermercados, que son grandes generadores de residuos para reciclar.
La expansión de la recolección diferenciada se desarrolló a tal punto que comenzó a amenazar los intereses y las ganancias de las empresas privadas recolectoras de residuos. Estas empresas hacen contrato por tonelada de recolección, y como recogen todo tipo de basura, recolectan residuos que se podrían reciclar con el propósito de aumentar el peso.
“Queremos participar de este pliego y no aceptamos que nuestro trabajo pase a un privado, porque nosotros en estos años fuimos los que creamos una forma de reciclar y clasificar que nos costó mucho y porque somos los que estamos en la calle con nuestra familia todos los días” señaló Luis Díaz, presidente de la Cooperativa Reciclando Trabajo y Dignidad.
Luego de los reclamos y la movilización, el Gobierno de la Ciudad por medio del Ministerio de Ambiente y Espacio Público convocó a las cooperativas de recolectores urbanos para una reunión.
Es importante aclarar que el Ejecutivo porteño fue uno de los promotores de este novedoso sistema de reciclado. No son pocos los que esperan que semejante ejemplo sea potenciado y expandido en lugar de restringirlo o abandonarlo.