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Desalojo y después

Unos 2000 vendedores ambulantes fueron desalojados de sus puestos en Balvanera. Los manteros denuncian que es su única fuente de ingreso para mantener a sus familias.

El operativo se inició a la 2 de la madrugada y se extendió durante la mañana con un corte total en la avenida Pueyrredón entre Rivadavia y Corrientes. Primero fue el desmantelamiento de las mesas que estaban instaladas las 24 horas en algunas esquinas.

La subsecretaria de Uso del Espacio Público de la Ciudad, Clara Muzzio, ofreció a los manteros registrarse en un censo para vender sus productos en un predio, la respuesta de los vendedores no se hizo esperar. “Nos quieren mandar a un galpón a tres cuadras que no pasan ni los paqueros” afirmó un muchacho de rastas que se mostraba como uno de los referentes en un diálogo improvisado en la calle entre el comisario de la Policía Metropolitana a cargo del operativo y cientos de puesteros que sostenían un piquete mediante el incendio de un conteiner de basura.

“Yo te voy a decir algo”, dijo el joven a Abran Paso en medio del tumulto, ¿El Estado no tiene Servicio de Inteligencia para mandar a tres boludos a darse cuenta de que no somos una mafia? La Capital Federal está invadida por la droga y delincuencia. Acá hay casi mil policías mientras anoche en Mataderos mataron a otro pibe por una motito. ¿Nosotros tenemos pinta de delincuentes? ¿El delincuente se levanta a las 5 de la mañana y se acuesta a las 11 de la noche?”

Los manteros no sólo denuncian el desalojo, también se consideran discriminados y estigmatizados por el gobierno y los medios de comunicación.

Sin respuesta los manifestantes se dirigieron a cortar Rivadavia. Minutos más tarde avanzo la Infantería y un camión hidrante. Una señora con sus 3 hijos se interpuso delante de ellos. La policía de civil intentó correrla y en ese momento comenzaron los enfrentamientos.

Hasta el momento sólo fueron 130 los vendedores que aceptaron ser censados, algo que evidencia que el Ejecutivo no ofreció una solución para los 2000 manteros.

Numerosas organizaciones de la Comuna denuncian que la presencia de los puesteros amenaza la actividad de los comercios y afecta la circulación de los vecinos por las veredas. Pero la respuesta no puede ser dejar sin su única fuente de trabajo a personas de bajos recursos. El gobierno deberá ofrecer una solución coherente para los vecinos y para vendedores ambulantes.