|

El impacto de las nuevas medidas sanitarias en los negocios de Avenida Entre Ríos

Andrea Carricaburu, presidenta de la Asociación de Comerciantes de la Avenida Entre Ríos manifestó que la baja en la circulación afectó a muchos vendedores de la zona.
Foto. Comerciantes de Avenida Entre Ríos.

Andrea Carricaburu, presidenta de la Asociación de Comerciantes de la Avenida Entre Ríos manifestó que la baja en la circulación afectó a muchos vendedores de la zona.

La segunda ola de COVID 19 hizo estragos en los sistemas de salud y en la economía. Para muchos de los negociantes, las medidas establecidas hace más de tres semanas significaron un descenso importante de las transacciones. Así lo manifestó la presidenta de la Asociación de Comerciantes de la Avenida Entre Ríos, Andrea Carricaburu: “Desde que comenzaron las limitaciones disminuyó muchísimo la cantidad de personas que caminan por la avenida, entonces eso hizo que bajaran muchísimo las ventas, menos para algunos, como los esenciales”.

El 30 de abril se prolongaron las decisiones sanitarias tomadas 15 días antes, debido a que desde el 22 de marzo se observó un crecimiento exponencial de nuevos casos de coronavirus. Para fines del mes pasado, el R (el potencial de propagación que tiene un virus) seguía alrededor de 1 y la ocupación de camas era del 88%. Si bien la suba de casos de contagios pareciera haber frenado, el número de confirmados y de utilización de camas sigue siendo alto.

En este contexto es que Nación y Ciudad acordaron las restricciones de circulación, nocturnidad y para los locales. De esta manera, se limitó la movilidad entre las 20 y las 6, se prohibieron los encuentros en espacios cerrados y al aire libre de más de 10 personas, se cerraron los shopping, se suspendieron las actividades culturales, recreativas y deportivas en lugares privados, y se delimitó el horario para los locales, quienes pueden atender hasta las 19 horas.

“Lo que me dicen los vendedores es que no es que les haya influído el cierre de las 19, sino que lo que sí les afectó fue la menor circulación de gente”, explicó Andrea. La excepción fueron los locales de servicios esenciales que si bien bajan las persianas a la misma hora que el resto por la inseguridad de la zona, siguen teniendo una buena base de consumidores, según expresó Carricaburu. A lo que agregó: “Una chica tiene una verdulería con un servicio excelente, y además llevan mercadería a domicilio. Ella dice que creció, vendió más, también porque hay mucha gente que está con COVID aislada en su casa o es contacto estrecho y hacen el pedido directamente a la verdulería para que se lo lleven a la casa”.

Pero en otros casos, la realidad es totalmente diferente. En este sentido, la presidenta de la organización puso el ejemplo de una de las comerciantes, que tiene un centro de estética, y se vio muy perjudicada porque muchos de sus clientes asisten cuando salen de trabajar, por lo que le queda un tiempo de margen muy corto. Y la historia se repite con muchos otros negocios que ya han pasado muchos meses con bajas o nulas ventas.