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El paro ferroviario desde Liniers

La tradicional estación de ferrocarriles de la Línea Sarmiento redujo su caudal de pasajeros de forma considerable aunque la zona mantuvo un movimiento intenso en los locales comerciales.

El Cuerpo de Delegados de la Seccional Haedo de la Unión Ferroviaria decidió convocar a un paro de 24 hs. en rechazo a setenta suspensiones que recibieron los empleados de los tres turnos del sector de limpieza.

En el barrio de Liniers las barreras estuvieron bajas durante todo el día, pero no pasó ni un tren. Los trabajadores ferroviarios de la estación se desplazaron a los talleres de Haedo, donde se concentraron junto a sus compañeros. Sólo quedaron los obreros de la construcción que trabajan en la zona para reparar los andenes.

Los locales comerciales y los vendedores ambulantes motivaron una circulación casí habitual en la zona, “es casi un día normal, solo un poquito menos en comparación a cuando viene el tren” contó una de las puestaras: “Se vendió poco, pero igual la situación es muy complicada en general” agregó.

Los comerciantes destacaron que los usuarios están muy enojados con la medida ya que se suma al mal humor cotidiano provocado por la inflación y los aumentos tarifarios. Al mismo tiempo la mayoría manifestó poco conocimiento sobre los motivos del paro ferroviario.

“La mano está muy complicada, hoy no se vende nada” contó Jorge, vendedor de choripan.

El movimiento comercial del barrio fue acompañado por las filas de pasajeros que aguardaron para tomar el colectivo. Las empresas de ómnibus no lograron prestar un servicio adecuado para trasladar a los miles de pasajeros que utilizan el tren.

Los canales de televisión mostraron el testimonio de los usuarios ofendidos con la medida de fuerza, pero no contaron casi nada sobre el reclamo.

La protesta contó con un alto nivel de consenso entre los empleados y su delegado general. Rubén “Pollo” Sobrero, ratificó que continuaran con el plan de lucha si no levantan todas las sanciones.

El testimonio de los trabajadores de la zona demuestra el humor social provocado por una medida de fuerza y por un contexto económico complejo. Será responsabilidad de los delegados gremiales y del Gobierno Nacional interpretar esta situación para tomar las mejores decisiones de acuerdo a sus objetivos.