Continúa el conflicto en el barrio de Constitución. Más de 1.000 empleados aguardan en las cabeceras de la Línea60 ala espera de una decisión para que le jueza María Servini de Cubría habilite la circulación de la unidades.
¿Extrañan el bondi?
“Si. Por más que uno reniegue, la verdad que se extraña”, respondió Leonardo, colectivero de la 60 hace años. Resulta extraño, el tráfico, los pasajeros, la velocidad, los riesgos, los horarios, la rutina. El primer pensamiento sobre el laburo de los choferes sería que no están a gusto, que no les quedó otra, que preferirían hacer otra cosa, y sin embargo, los tipos ahí, extrañando manejar.
La realidad de una línea ómnibus que no funciona hace un mes y que desde entonces obligó a buscar otras alternativas a 250 mil pasajeros, interroga a funcionarios, pero también a toda la sociedad sobre las dinámicas de transporte que existe en una de las mega urbes más grandes del continente.
¿Por qué el pasajero siempre quiere pagar por una distancia menor a la que le corresponde?
No será el índice con las mejores muestras y los innovadores instrumentos de medición, pero los choferes son capaces de medir el malestar social. “Hay menos guita, se nota. La gente no quiere gastar un peso de más” sostienen.
¿Por que los choferes son tan mala onda?
“Si no controlamos el precio del boleto, sube el inspector y nos sancionan a nosotros. Además la empresa guarda colectivos a partir de las 18 hs., todo se retrasa y los unidades van llenas. En ese contexto, los que tenemos que dar la cara somos nosotros”, agregó Alberto, un chofer con más experiencia.
Esta son algunas de las partes de las historias de vida que se pueden conocer en medio de un conflicto que no ofrece una solución en puerta. Por orden de la jueza se verificaron 110 colectivos que fueron trasladados por los propios delegados y por personal jerárquico de la empresa.
“Trabajo recibió a delegados de la línea 60 de colectivos”, se afirmó en un comunicado del Ministerio de Trabajo que se puede encontrar en el portal oficial de la Secretaría de Comunicación Pública de la Presidencia de la Nación. Allí se afirma que “se recibió nuevamente a los delegados de la línea60”, que “se les reiteró la plena vigencia de la conciliación obligatoria dictada días atrás en el marco de las audiencias celebradas en este Ministerio y que no ha sido acatada”, que “se dejaron sin efecto los 48 despidos dispuestos durante este largo conflicto”, y que “se trataron temas planteados por los trabajadores vinculados a las condiciones laborales”.
Luego de una contundente movilización al Ministerio de Trabajo, los 1200 empleados de Dota S.A. respondieron en un texto que lleva la firma de su Cuerpo de Delegados.
“1. El haber sido recibidos por el Ministerio de Trabajo, el reconocimiento de nuestra condición de delegados de la Línea 60, y la admisión por parte del Ministerio de que en dicha reunión se discutieron cuestiones vinculadas a las condiciones laborales, desmiente por completo la campaña de desinformación encabezada por Pasciuto junto al jefe de gabinete Aníbal Fernández y al titular de la UTA Roberto Fernández. Ellos han salido por los medios diciendo que nuestro conflicto no es gremial y que merece ser judicializado. En estas denuncias se apoya Servini de Cubría para militarizar la cabecera de Plaza Constitución y desconocer por completo la existencia de una lucha sindical organizada por la legítima y legal representación gremial de los trabajadores de la 60. Reclamamos, también, que Aníbal y Roberto Fernández actúen para gestionar una reunión entre la empresa y los delegados.
2. Desmentimos que nos hayan recibido “nuevamente”. Es la primera reunión que tenemos con el Ministerio de Trabajo desde que se inició el ataque de la empresa despidiendo a nuestros compañeros. La conciliación obligatoria a la que refiere el Ministerio de Trabajo es nula desde el momento en que los representantes de los trabajadores nunca fuimos notificados de la misma ni citados a una reunión de conciliación. A su vez, advertimos que si hay alguien violentado dicha conciliación trucha es la propia empresa, que se negó a reincorporar a nuestro compañero Ariel Benítez de forma plena en sus funciones laborales. Desmentimos, por otra parte, que se haya reincorporado a nuestros 48 compañeros despedidos: a ninguno de ellos les llegó ningún telegrama notificando la reinstalación, así como tampoco se ha labrado ningún acta en reunión alguna con los representantes de los trabajadores de la 60. Aclaramos que son 53 los despedidos, y que también reclamamos el pago de los días caídos por el lock-out patronal, reclamo sobre el cual el Ministerio no se pronuncia en su comunicado”.
Nada parece mostrar guiños de acercamiento para resolver una situación en la cual poco parece importar la situación de cientos de familias que no consiguen trasladarse en una de las líneas con mayor recorrido en la Capital Federal. A diferencia de lo que ocurrió hace algunas semanas, los voceros de la Empresa dejaron de brindar conferencias de prensa y los funcionarios que habían emitido declaraciones se limitaron a hablar sobre ostras cuestiones. Todo parece haber ingresado en un terreno de calma en que lentamente se desinfle el conflicto. Algo que los empleados advierten y que, según lo manifestado, no lo van a permitir.
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