
A pesar de los arreglos, las lluvias siguen provocando filtraciones y complican a los ex manteros que trabajan a pocos metros de la Plaza Miserere.
Según los feriantes el agua ingresó por las zonas reparadas y en el acceso de la calle Yrigoyen salió el agua por el baño, algo que ya ocurrió en otra oportunidad. Producto de estos hechos, los ex manteros ponen en duda la realización efectiva de algunos arreglos.
La inundación alcanzó a algunos puestos, pero la experiencia de lo que ocurrió en otras oportunidades llevó a que se tomen las medidas necesarias para evitar que se arruine la mercadería.
Los inspectores del predio consideraron que se tomaron recaudos y responsabilizaron al clima por los inconvenientes.
Después de la inundación no se generó ninguna precipitación de magnitud semejante. Esto evitó que los daños sean mayores. Pero ante posibles lluvias de similares características las consecuencias podrían ser iguales ya que no se realizó ninguna reparación.
Frente a esta situación los feriantes decidieron movilizarse para exigir soluciones. Los funcionarios de la división Ferias del Ministerio de Ambiente y Espacio Público se acercaron un día antes al predio para intentar desarticular la movilización de lo ex manteros. De todas formas un grupo se hizo presente el viernes pasado para llevar adelante el reclamo.
La respuesta fue prorrogar la reunión una semana más. Una vez que circuló la información sobre la movilización para dialogar con los funcionarios, personal de mantenimiento del Ministerio de Ambiente y Espacio Público realizó distintos arreglos. Uno de los más importantes consistió en bajar un metro y medio la altura de las luces. Esto generó mayor iluminación en el lugar. “Mejoró, pero no es todo lo que hay que hacer ahí. A nosotros nos prometieron un montón de cosas y no cumplieron”, destacó Salvador, uno de los ex manteros.
Además de las reparaciones, los feriantes exigen algo de previsibilidad. “Queremos que nos digan en qué situación está el predio y qué tienen planificado hacer. Hay muchos vendedores en la calle de nuevo”, sostuvo Salvador.
El principal problema que tienen en este momento es la falta de publicidad. El espacio es desconocido para la mayoría de los vecinos y transeúntes que circulan por la zona de Once. Se hicieron algunas publicaciones en internet y carteles muy pequeños en la Plaza Miserere, pero no alcanzaron a solucionar la situación.
El tiempo pasa, los problemas están arriba de la mesa, pero el Gobierno de la Ciudad no toma las medidas necesarias para que las cosas cambien. La consecuencias sociales pueden ser muy difíciles de resolver.