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“Paramos para seguir trabajando”

Los dirigentes de la CGT destacaron el alto grado de acatamiento que tuvo el paro general convocado y ratificaron su exigencia para que el Gobierno “cambie el rumbo económico”. 

La Confederación General del Trabajo se mostró unificada frente a las acusaciones que soltaron los principales funcionarios del Gobierno Nacional.

“Acá se trabaja”, dijo el presidente argentino Mauricio Macri el lunes 25 de junio al ingresar a la Casa Rosada. “Tiene un tinte político”, afirmó el ministro de hacienda Nicolás Dujovne y agregó que “el paro de hoy le va a costar a los argentinos casi 29 mil millones de peso”.

“Paramos para seguir trabajando. En el último mes se perdieron 11 mil millones de dólares sin hacer ningún paro general. ¿Eso es culpa de la CGT?”, respondió el integrante del triunvirato que conduce la Confederación obrera, Juan Carlo Schmid.

El dirigente gremial agregó que “las medidas instrumentadas en los últimos tiempo afectan a los trabajadores, a las PyMES y a las economías regionales. Por eso fracasaron las negociaciones, y no porque estemos detrás de una bandera partidaria”.

“Los sindicatos son del PJ”, afirmó el jefe de Gabinete, Marcos Peña. “Somos peronistas, pero cuando el actual Presidente era candidato fue a la inauguración de una estatua del General Perón”, respondió el triunviro Héctor Daer.

Una de las presencias más importantes que se observó durante la conferencia de prensa brindada en el Salón Felipe Vallese de la sede de la CGT fue la del representante de la Conferencia Sindical de la Américas, Víctor Báez. El dirigente sindical se refirió al contexto que vive el mercado laboral al cuestionar “La montaña del dinero ocioso que genera está crisis a nivel mundial con gente que no puede trabajar. Queremos inversiones productivas para que se supere la desigualdad”.

“La CGT tiene que tener prudencia, pero los tiempos son cada vez más cortos y el hambre no espera”, destacó el tercer integrante del triunvirato de la conducción, Carlos Acuña, en referencia a la posible continuidad de acciones en los próximos meses.

“Queremos paritarias libres porque es la única forma de defender el poder adquisitivo del salario. Necesitamos que cambien el modelo económico y que administren de forma coherente el comercio exterior. Hasta los caramelos vienen de afuera y no tenemos capacidad de defender nuestra industria. Paramos porque estas políticas ya sucedieron en nuestro país y tuvieron desenlaces maliciosos para amplios sectores de la población”, advirtió Héctor Daer a su turno.

La respuesta no se hizo esperar y llego a los pocos minutos desde la Casa Rosada ubicada a pocas cuadras de la CGT. “Hemos resuelto mucho problema de los trabajadores en Argentina, empezando por la reparación histórica a los jubilados, el mínimo no imponible de ganancias; avanzamos en negociaciones en los últimos tres períodos, paritarias de manera libre para darle previsibilidad a los trabajadores y a los empresarios”, afirmó el ministro de trabajo Jorge Triaca en respuesta a la conferencia de prensa de la CGT.

“En la conferencia de prensa hubo muchos reclamos, pero no escuchamos propuestas”, considero el Ministro y agregó que “hay muchos que miran esto desde una perspectiva política, creen que hay que volver al pasado y me parece que la sociedad argentina decidió emprender un cambio que tenemos que trabajar entre todos para poder construirlo”.

“Durante los últimos dos años y medio hubo paritarias libres. En la última paritaria incluimos una cláusula gatillo. Este año se acordaron mirando la estimación de inflación, pero cómo esa pauta varió, el presidente firmó un decreto que autoriza la ampliación de esos acuerdos en más del 5 %”, destacó Triaca sobre el reclamo referido a paritarias libres.

“Nosotros queremos dar garantías y esto lo saben los dirigentes sindicales, por eso la mayoría de ellos acordó las paritarias”, alertó.

Todo paro es político. No siempre es partidario, pero los reclamos sugieren modificaciones institucionales que implican cambios por parte del Poder Ejecutivo. Acusar a los sindicalistas de ser miembro del PJ no parece ingenuo.

Está claro que se busca deslegitimar el reclamo y ubicarlo como un mero capricho de lo oposición.  El PJ es una estructura sumergida en una crisis que lo llevó a importantes derrotas en varias provincias durante las elecciones de 2017. Llevar el debate al terreno de una disputa electoral es el mejor escenario que puede tener el gobierno.

Pero también logró algo que parecía imposible; las repuestas de los sindicalistas fue unificada y perfila un rumbo similar de cara a las próximas elecciones en la central. La línea confrontativa representada en la figura de Hugo Moyano se impone.

¿Al Gobierno no le importa confrontar con un sindicalismo unificado? ¿Considera que corre con ventaja porque muchos de ellos pertenecen al PJ en crisis? ¿Se aprovechan de la escasa aceptación pública que tienen los dirigentes sindicales? ¿Su objetivo es reducir la incidencia histórica que tienen en la política argentina?

La robotización y la hiperconectividad vislumbran una reducción de la cantidad de puestos de trabajo a nivel mundial y el macrismo sabe que es el indicado para ejecutarlo en Argentina.

Reducir las demandas y las acciones de los asalariados a la reputación de la dirigencia gremial puede modificar los cálculos de un gobierno que cada vez está más lejos de seducir al electorado.