La convocatoria comenzó en la estación Virreyes de la Línea E, donde el secretario general, Roberto Pianelli, atendió a los medios de comunicación y expresó las demandas del sindicato. Uno de los principales reclamos es la reducción de la semana laboral para minimizar la exposición al asbesto, que ya se cobró la vida de tres trabajadores, enfermó a seis con cáncer y afectó a más de 80 personas, según indicaron en un comunicado.
El sindicato también exige al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, a EMOVA, la empresa operadora del servicio, y a Subterráneos de Buenos Aires Sociedad del Estado (SBASE) que cumplan con el fallo de la justicia porteña que ordena la retirada del asbesto del subte y premetro. Además, solicitan la implementación de un plan integral de desasbestización y la supervisión médica para todos los trabajadores.
En respuesta a declaraciones de la Secretaria de Transporte y Obras Públicas, Manuela López Menéndez, el sindicato desmintió los avances que supuestamente se habían hecho respecto a la desasbestización y las medidas de seguridad tomadas. Afirmaron que la comisión conformada para abordar el tema dejó de funcionar hace más de tres años y que las tareas de desasbestización llevadas a cabo por la empresa no se ajustan a las normativas, lo que pone en riesgo la salud de los trabajadores y usuarios.
El punto más sensible en el debate es la consideración del límite seguro para exposición al asbesto, ya que los trabajadores argumentan que no existe un nivel seguro para ningún cancerígeno, algo respaldado por organismos internacionales como la Organización Internacional del Trabajo.
En medio de la controversia, el sindicato subraya que su lucha está destinada a proteger la vida y la salud de los trabajadores, sus familias y los usuarios del subte. Insisten en que la reducción de la semana laboral es una medida necesaria para disminuir el riesgo de enfermedades asociadas a la exposición al asbesto.
Las autoridades y la empresa han manifestado estar abiertos al diálogo, pero los representantes del sindicato sostienen que las acciones concretas por parte del Gobierno y la compañía fueron insuficientes. A través de múltiples presentaciones, buscaron sin éxito que se atienda su llamado y se tomen las medidas necesarias para garantizar la seguridad y la salud de quienes operan el subte y de quienes lo utilizan a diario.
El conflicto sigue latente, y mientras tanto, los trabajadores del subte continúan su lucha en pos de un ambiente laboral seguro y la eliminación definitiva del asbesto en el sistema de transporte subterráneo de la Ciudad de Buenos Aires.