Que ahora haya brotes verdes en estos árboles que no llegan ni a palito de escoba es un logro de los vecinos. En pleno verano, entre los sofocones y el raje de las vacaciones, se hacen un tiempo para caminar la calle y echar agua en los canteros.
Todo empezó hace un par de semanas, cuando la red de vecinos por la Manzana 66 (Belgrano y Jujuy) levantó la voz: cuidado porque se estaban echando a perder los árboles recién plantados por la Comuna 3 (Balvanera y San Cristóbal) y el Gobierno porteño.
Con esta alerta, convocaron a la comunidad a dar una mano, más bien un baldazo: “Recién nos avisa la Presidenta de la Junta Comunal 3 (Silvia Collin), que estuvieron haciendo una plantación de árboles y algunos están secos o semi secos, sobre todo en Moreno al 2900 hasta el 3200 y Deán Funes al 300”.
“Necesitamos regarlos para no perderlos, están trabajando sobre la lista que armamos entre los vecinos de nuestro grupo, nos agarra en una época de vacaciones, pero los que quedan por favor a dar una mano”, habían manifestado.
Ahí empezó el movimiento vecinal. Muchas personas se comprometieron y de forma silenciosa y constante empezaron a hidratar esas débiles raíces.
El resultado, en pocas semanas, entusiasma a la comunidad de Balvanera. “Bien vecinos, salvo los de Urquiza al 200 que cuesta que agarren, los demás parece que sobrevivieron”, contó la red a comienzos de febrero.
En diálogo con Abran Paso, los vecinos de la Manzana 66 agregaron: “Están saliendo brotes verdes, estaba todo casi muerto, los de Moreno y los de Deán Funes se están salvando. La mayoría, seguro”.
A la vez, alertaron y llamaron a prestar atención: “Estamos teniendo problemas con los de Urquiza al 200, en el Mariano Acosta. Le ponemos agua, pero parece que ya es tarde”.
De hecho, incluso probaron con opciones especiales: “Le ponemos también medio pan de levadura que eso fortalece a la planta. La disolvemos y se le echa, salieron casi todos”.
De todos modos, más allá de lo que sucederá en Urquiza, en la red están contentos por ver la respuesta ciudadana, el interés por lograr la preservación de estos ejemplares.
“Está bueno porque estaban muy mal. La gente carga los bidones en el changuito y sale a tirar agua, es increíble verlos”, celebran por el compromiso a nivel local con el espacio público y el ambiente.
“Aparte, le pedimos a gente por fuera de la que suele participar de las actividades de la asamblea Manzana 66. Pedimos a todo aquel que pueda que, si está en sus posibilidades, riegue los árboles. Creíamos que se morían todos y ahora se están salvando”, sumaron.
“Desde el 2014 que existimos como Red de Vecinos que venimos pidiendo los árboles de la calle y ahora que los tenemos no vamos a dejar que se sequen”, concluyeron.
Fuentes del Ministerio de Espacio Público e Higiene urbana porteño informaron que en CABA, según un censo de 2018, hay unos 421.718 árboles, de los cuales 367.157 están en las calles y 54.561 en espacios verdes.
En esta web oficial está disponible el mapa del arbolado porteño: https://mapa.buenosaires.gob.ar/mapas/?lat=-34.622543&lng=-58.424177&zl=13&modo=transporte&map=arbolado
En el GCBA puntualizan sobre los árboles de las veredas: “También denominados viarios o de alineación, representan más de un 80% del total de los árboles públicos de la Ciudad. Son un grupo especial de árboles que requieren ciertas características particulares debido a su ubicación y están regidos por el Plan Maestro de Arbolado Público”.
“Los beneficios que más se destacan de estos ejemplares son el valor paisajístico y ornamental, la calidez y privacidad que ofrecen a los vecinos, la sombra que dan a los transeúntes y a las edificaciones generando ahorros energéticos, filtrando la contaminación atmosférica y disminuyendo los ruidos. Además, atrapan agua de lluvia y atenúan la escorrentía que va a los desagües pluviales disminuyendo inundaciones”, añaden.
“En este aspecto se priorizan las especies de follaje caduco, ya que las mismas proporcionan sombra en verano y posibilitan el asoleamiento durante el invierno, aunque también se emplean especies de follaje persistente y semipersistente para mantener la presencia de verde durante los meses invernales”, detallan.
No obstante, en muchos casos estos ejemplares nuevos que se colocan duran poco tiempo. A veces ocurre que son arrancados en hechos de vandalismo: desde motos que quiebran los troncos intentando estacionar, operarios que los remueven para poder hacer ingresar vehículos a obras en construcción, espacios gastronómicos que quieren extender sus mesas y sillas; a veces simplemente es el daño por el daño mismo.
También hay señalamientos al procedimiento del propio GCBA. Un informe de 2017 de la Fundación Ciudad hace cuestionamientos con respecto al proceder de las cuadrillas: “A pesar que no se debería continuar con la plantación de fresno americano por su alta frecuencia en la Ciudad (42% aproximadamente), se sigue plantando. – Tipo de ejemplares: Los árboles que en general se plantan no reúnen condiciones mínimas de diámetro y altura de tallo para poder ser plantados como árboles de alineación. Asimismo, la arquitectura de los mismos es inadecuada, con defectos como codominancias que son motivo de rechazo en vivero”.
En cuanto al sitio de plantación: “No se observan nuevas aperturas y sólo se planta en planteras ya abiertas, algunas de las cuales están en posiciones vedadas para la plantación como puede ser en la zona de ochavas. Respecto al sitio, se observan casos en que los árboles están excéntricos dentro de la plantera o que la distancia al borde del cordón generará que en años lo interfiera y desplace o bien en estrechos canteros centrales donde en pocos años la base de los troncos desplazarán los bordes constituyendo una interferencia para el tránsito”.