Se inició el proceso judicial contra el policía Diego Torales, único acusado por las torturas contra Luciano Arruga en el ex destacamento de Lomas del Mirador, en el marco de la detención ilegal del joven ocurrida el 22 de septiembre de 2008, meses antes de su secuestro y desaparición.
– ¿Qué opina de que un chico de 16 años tuviera que salir a cartonear? -le preguntó Juan Grimberg, unos de los abogados del policía Torales, a Mónica Alegre, la mamá del joven secuestrado, desaparecido y asesinado.
– “Yo le voy a responder: me sentí orgullosa de que mi hijo saliera a cartonear, porque no andaba con ningún arma y había rechazado una oferta que varios policías le habían hecho. Me sentí orgullosa, así como hoy me siento orgullosa de ser la madre de Luciano Arruga, ¿alguna otra pregunta?”, respondió, conmovida y desafiante, Mónica.
La primera audiencia en el juicio por torturas a Luciano Arruga, que tiene como acusado al policía bonaerense Julio Diego Torales, estuvo cargado de emoción, tristeza y dolor. Con el testimonio central de Mónica Alegre, la mamá de Luciano, la jornada que comenzó poco antes del mediodía, culminó pasadas las 16.
Según relata la Red Nacional de Medios Alternativos, que cubrió toda la jornada, en el primer día del proceso judicial hubo varios momentos de tensión durante las declaraciones del día de hoy, en el que pasaron, además de la mamá de Luciano, Mónica Alegre; los médicos Margarita Fontela y Orlando Gabriel González; el joven Juan Gabriel Apud, amigo de Luciano; Rocío Gallegos, integrante de Familiares y Amigos, que convivía con Vanesa Orieta en ese momento, y la madre del policía Torales, Zulma Robles, que fue convocada en carácter de testigo de concepto.
“Las palabras de Mónica Alegre eran las más esperadas de hoy. No solo porque se trata de la mamá de Luciano, sino porque fue, junto a Vanesa, su otra hija, testigo presencial de las denuncias del propio adolescente, que señaló a los policías que le habían pegado con su madre y su hermana presentes en el destacamento” destacad la RNMA.
Mónica relató con detalles el derrotero de su hijo en aquella jornada que le cambiaría la vida: “salió a las 7 aproximadamente. Estaba trabajando en una fundidora con Damian Piraino (el autor del libro Detrás de Luciano y en ese momento pareja de Vanesa Orieta) y con uno de sus hermanos. A las 11 aproximadamente vino un patrullero a casa y me dijeron que mi hijo estaba preso por robar. Cuando voy, me atiende un policía y me dice que espere que ya me van a atender. Entonces aparece un policía y me dice ‘soy el Teniente Torales, no puede ver a su hijo, está incomunicado, preso por robo’. Pasan las horas y Vanesa se empieza a poner nerviosa. Luciano la escuchó y abrió una puerta y le dijo: ‘Vane sacame de acá que me están cagando a palos’ y una bota cerró la puerta por detrás, o sea que Luciano no estaba solo. Vane se tuvo que ir a trabajar a un call center y me pidió que no lo dejara solo -continuó Alegre llorando desconsoladamente-, pero tuve que hacerlo porque me dijeron que solo lo soltaban si les llevaba la partida de nacimiento (Luciano no tenía documentos), por lo que tuve que ir hasta Puente La Noria a la casa de mi cuñada que le estaba tramitando los documentos. Volví como a las 17 y cerca de las 19 conseguimos que lo dejaran libre”.
Todo indica que Luciano Arruga, aún cuando recuperó su libertad el mismo día, quedó encerrado tras esa detención arbitraria e ilegal.
En la segunda jornada se escuchará el testimonio de Vanesa Orieta. La conferencia de prensa con la que recibió a los periodistas que la esperaban dejó un adelanto. Como siempre, Orieta dejará su discurso claro bien alto para recordar y defender a Luciano. Y ocupando ese lugar tan extraño en el que la ha colocado la vida: haber perdido a su hermano la convirtió en una referencia de los que luchan por un Nunca Más en democracia.