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El dilema de las ranchadas

La población en situación de calle aumenta y su presencia en las calles de Balvanera es alarmante. A menudo, este problema social y económico se torna en un conflictos de convivencia con ribetes violentos que culminan en denuncias por parte de los vecinos. Ahora, ¿es solo un problema de seguridad ciudadana? Por Martín Bustamante.

En los últimos meses, los residentes Balvanera se enfrentaron a una serie de dificultades debido a la presencia de ranchadas en la zona. Algunos vecinos los denuncian como “albergues transitorios a cielo abierto”, con la presencia de hasta 18 personas, generaron preocupación. Los episodios de violencia con los integrantes de las ranchadas empeoraron la situación, llevando a una sensación de inseguridad y dificultando la movilidad en la zona.

En medio de esta problemática, el comisario vecinal de la Comuna 3 Gustavo Pereyra se convirtió en un apoyo fundamental para los vecinos. Ante la situación, se comprometió a escuchar y abordar la problemática. Los residentes se acercaron a él con videos, fotos e incluso una copia de una denuncia presentada ante el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. El personal policial de la comisaría 3C respondió brindando asistencia y generando mayor presencia policial en la zona.

Gracias a estas acciones, la situación ha mejorado significativamente en las últimas semanas. La presencia de las ranchadas frente a los domicilios se ha reducido considerablemente, lo que ha permitido a los residentes vivir con mayor tranquilidad. Además, los vecinos se han organizado en un grupo de comunicación para informarse mutuamente sobre cualquier evento sospechoso y mantener un contacto fluido con el personal de la comisaría.

Por otro lado, en la calle Perón, entre Azcuénaga y Larrea, una problemática relacionada con cartoneros ha generado inseguridad y malestar en los residentes. Según la denuncia de los vecinos, se instalan en la vereda del edificio a partir de las 18 horas, dejando un espacio mínimo para el tránsito peatonal. Su comportamiento, marcado por el consumo de sustancias, como pegamento, y actitudes inapropiadas, ha generado una sensación de inseguridad en la zona. Los residentes se sienten amenazados por su presencia y han reportado situaciones incómodas, como pedir dinero a los transeúntes, además de ruidos molestos durante la noche debido a la recolección de cartones.

A pesar de los intentos de denunciar esta situación a las autoridades correspondientes, los ciudadanos se han encontrado con obstáculos y respuestas insatisfactorias. Las denuncias anónimas no han logrado solucionar el problema, y los intentos de seguimiento a través de distintos canales de comunicación han resultado en respuestas automáticas y derivaciones a otras dependencias.

En una reunión del programa “Comisarías Cercanas”, la fiscal Verónica Andrade abordó los desafíos que actualmente enfrenta la Ciudad, especialmente en relación con la creciente crisis de la población en situación de calle. Durante su intervención, Andrade reconoció la complejidad de la situación y destacó la necesidad de buscar soluciones dentro de las posibilidades existentes.

La fiscal hizo hincapié en la magnitud de la crisis, señalando la existencia de una gran cantidad de personas viviendo en situación de calle y generaciones que nunca han experimentado la dignidad de tener un empleo. Sin embargo, también fue realista al mencionar que no todos los problemas pueden resolverse directamente desde su cargo o el de los comisarios.

Andrade se comprometió a gestionar una reunión con la GC (Gestión de Calles) para explorar la posibilidad de ajustar los horarios de recolección de los camiones de basura, de manera que no afecten el descanso de los vecinos. No obstante, aclaró que no puede prometer la eliminación total de los recicladores, ya que esto escapa a su control directo. Destacó la importancia de trabajar en lo posible y buscar soluciones conjuntas para abordar estos problemas.

En relación a los camiones encargados de recoger materiales reciclables, la fiscal expresó la voluntad de coordinar con el gobierno de la ciudad para explorar opciones de horarios más adecuados. Sin embargo, advirtió que cada problema planteado debe ser evaluado individualmente, ya que no existe una solución lineal o fácil para todos ellos.

Andrade reconoció la complejidad de la problemática de la situación de calle, que involucra a personas con adicciones y que enfrentan condiciones de riesgo e inseguridad. En este sentido, aseguró que se está trabajando en conjunto con las áreas de prevención, comisarías y seguridad para mejorar las condiciones y brindar un ambiente seguro, especialmente para la población escolar.

La fiscal manifestó su disposición a seguir trabajando con la comunidad, recibiendo y atendiendo los reclamos de los vecinos. Enfatizó su enfoque en la resolución concreta de problemas y se puso a disposición para abordarlos en su cargo de gestión. Destacó que esta no es su primera reunión con los vecinos y que su Fiscalía cuenta con puertas abiertas para recibirlos.