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Las razones económicas del crecimiento de la anti política

La ultraderecha crece en Argentina y en el mundo. La evolución de los ingresos de la población y la creciente desigualdad es una de las pistas para entender por qué la polaridad política reinante en los últimos 20 años esta llegando a su fin.

Según un informe elaborado por el Mirador de la Actualidad del Trabajo y la Economía (MATE) realizado en base a datos del INDEC, en diciembre de 2021 los salarios formales estaban en niveles similares a los del comienzo del mandato del Frente de Todos, mientras que los ingresos de los informales continuaron descendiendo. La pérdida del poder de compra durante el gobierno de Cambiemos fue tan importante que para alcanzar el nivel de que había al final del mandato de Cristina Fernández el salario real debería crecer un 33% promedio (26% el privado, 35% el público y 57% el de los trabajadores informales).

Si se toman los datos del INDEC sobre lo que ocurrió en 2021, el Índice de salarios total creció 54,1% por sobre la inflación interanual de 50,7%. Por sector, los ingresos del sector privado registrado crecieron 56,2%, los del público 59,4% y los del sector privado no registrado, 40,7%. Los porcentajes están aún muy alejados de los montos necesarios para recuperar el poder adquisitivo de 2015.

Durante 2021 el PIB de Argentina creció un 10,3% y se constituyó como uno de los países con mejor recuperación luego de la debacle mundial causada por la pandemia de coronavirus. La pregunta que emerge es ¿por qué los salarios crecieron tan poco en ese proceso? Los frutos de la reactivación ¿se los quedaron tres o cuatro vivos?

Mensaje de la vicepresidenta Cristina Fernández el 18 de diciembre de 2020 en el Estadio Único de La Plata. En el minuto 8.50 decía: “Yo no quiero que el crecimiento de 2021 se lo queden 3 o 4 vivos nada más. Y para esto me parece que hay que alinear salarios y jubilaciones, precios (sobre todo de alimentos) y tarifas”.

Según el Informe de Coyuntura Nº 38 del Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (CIFRA), la reactivación económica en 2021 fue contemporánea a una nueva caída en la participación de los asalariados en el ingreso. A tal punto que la masa salarial pasó de representar el 48,0% del PIB al 43,1% entre 2020 y 2021.

De esta manera se consolida la tendencia regresiva en términos de la distribución del ingreso que se inició en 2018. Desde 2017 hasta 2021 se registró una caída casi sistemática del peso de los asalariados en el PIB, alcanzando a 8,7 puntos porcentuales.

A la inversa se evidencia una recomposición significativa de los márgenes de ganancia. El excedente privado de explotación se incrementó del 46,4% del PIB al 54,3% entre 2017 y 2021.

En este último año se registró el mayor crecimiento de los márgenes apropiados por las empresas privadas (3,7 puntos porcentuales), aun superior al ascenso observado en 2018, cuando en el marco de las devaluaciones que signaron el agotamiento de la valorización financiera había aumentado en 2,7 puntos porcentuales.

Bajo las circunstancias salariales señaladas se advierte una significativa caída del peso del
consumo privado en el PIB. A punto tal, que su incidencia en 2021 (61,8%) es la menor del siglo XXI.
Es decir que es, incluso, levemente inferior a la que tuvo lugar en la gran crisis de fin de siglo con la megadevaluación de 2002 (allí el indicador fue del 61,9%).

Esto no quiere decir que no se haya registrado un crecimiento del consumo privado en 2021 sino que éste fue inferior a la expansión del PIB. Esto se suma a que las caídas del consumo privado experimentadas en 2019 y 2020 fueron superiores a las del PIB, razón por la cual el tipo de recuperación tiende a consolidar la tendencia al desplazamiento del consumo privado como motor del crecimiento económico.

Cabe aclarar que el crecimiento del consumo en relación al PIB en 2018 obedeció a que el consumo privado cayó menos que el PIB (-2,2% y -2,6%, respectivamente) en un contexto en el que la política expansiva del gobierno de Macri durante las elecciones de medio término de 2017 tuvieron sus efectos en el primer semestre de 2018, para luego desplomarse en el segundo semestre en el marco de las devaluaciones de ese año.

Cómo dice el investigador del Observatorio del Derecho Social, Luis Campos, la recuperación del empleo entre 2016 y 2021 no alcanzó para reducir en el mismo nivel los índices de pobreza porque la reactivación del mercado de trabajo fue sobre la base del trabajo no registrado (4,7%), cuentapropista (10,5%) o empleo público (5,8%) que acompañó el crecimiento vegetativo de la población. En el sector privado el saldo fue negativo (-2%).

A partir de este relevamiento sobre la caída del poder adquisitivo de los ingresos de la población, se pueden entender algunas de las razones por las cuales se verifica un desencanto con la política en general y el Frente de Todos en particular.

En estos datos reside la diferencia en la coalición gobernante. El Presidente y el Ministro de Economía, acuerdo con el FMI mediante, apuestan a una recuperación lenta de los salarios y festejan porque se detuvo la caída del salario. La Vicepresidenta considera que, sin un aumento salarial que reactive el consumo, las esperanzas electorales del Frente de Todos están a la deriva. Torcer ese rumbo implica afectar intereses.


Esta nota se realizó en base a los informes de Mirador de la Actualidad del Trabajo y la Economía (MATE) y del Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (CIFRA). La redacción sobre los gráficos son una reproducción textuales de dichos informes.