En los terrenos del actual Hospital Garrahan y del Parque Vuelta de Obligado -tal el nombre oficial de Garay, o el Arsenal, o el campito, nombres populares según fueron pasado los años-, durante el siglo XVIII, se estableció la orden de los Betlemitas (sic), que plantaron allí sus cultivos.
En la “nomenclatura ciudadana” era llamada la “Quinta de los Barbones”(1). Ese mismo predio, según Larroca, fue arrendado por el viajero y naturalista francés Aimée Bonpland, quien emprendió un viaje por América junto al polifacético Alexander Von Humboldt, durante la “segunda década” del siglo XIX para “realizar experiencias botánicas” (Larroca: 114).
Al respecto, el padre Furlong, un sacerdote jesuita que es fuente permanente del libro de Larroca, sitúa el predio arrendado por Bonpland en lo que fuera denominado Hueco de los Sauces, terreno perteneciente a la actual Plaza Garay.
Sin embargo, a pie de página, afirma que les alquiló a los sacerdotes, un amplio terreno aledaño al “Hospital Betlemítico” que luego le trajo un “largo y enojoso pleito”(2), con lo cual, bien podría valer la afirmación de Larroca con respecto a la ubicación del predio en el que trabajó Bonpland.
En el sitio Revisionistas, se afirma que el naturalista francés se estableció en 1817 en las “proximidades” del Hueco, terreno de los Bethlemitas (sic); aunque la misma fuente ubica a la “Chacrita de Belén”, perteneciente a la orden, en donde hoy funcionan los hospitales Borda y Moyano (3).
Lo más probable es que si ellos tenían su chacrita allí, el sitio aledaño al hueco que arrendaron al francés estuviera, como dice Larroca, en el sitio que luego ocupó el histórico Arsenal.
El historiador Labraña ubica en ese lugar al legendario ombú cuando la mencionada orden de barbados arribó a esos terrenos del sur Buenos Aires, en 1748, hasta que los expulsó Rivadavia en 1821 (4).
Rivadavia -el eurocéntrico que no quería que sus restos descansasen en Bs. As. y terminaron en la plurinacional plaza once-, de esta manera, y muy a disgusto de quien escribe, se erige como un componente político que terminó impactando en la futura identidad del sancristobaleño y del/la sujeto de la Comuna 3: depositado en el corazón de la comuna y habiendo discutido en función de los intereses que representaba con aquellos padres que pregonaban un pensamiento comunitario en cuanto a lo social y a lo económico, tuvo injerencia en esa historia más pequeña que muchas veces se suele escapar a los análisis sociológicos que discurren por fuera de los procesos historizados y las apreciaciones de los impactos que tienen las decisiones políticas en las pequeñas comunidades más allá de lo determinante en tanto país.
1 Larroca, Jorge: San Cristóbal. El barrio olvidado. Editorial Freeland. Bs. As. 1969. Pág. 114.
2 3 Furlong, Guillermo (SJ): Nuevos datos sobre Bonpland en Buenos Aires (1818). Anales de la Universidad del Salvador, Nº 5, 1969. Pág. 136 – 137. p3.usal.edu.ar › index.php › signos › article › download
3 http://www.revisionistas.com.ar/?p=11177
4 Labraña, Jorge: Árboles con Historia, en Memorias de la Ciudad. Año V. N° 25. Febrero de 2004. Bs. As. Pág. 33.