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NOS DA LA NAFTA?

La modificación a la Ley de Hidrocarburos ya tiene media sanción. En una votación ajustada El Senado decidió aprobar la iniciativa del oficialismo sobre la explotación de energías no convencionales.

La modificación a la Ley de Hidrocarburos ya tiene media sanción. En una votación ajustada el Senado decidió aprobar la iniciativa del oficialismo sobre la explotación de energías no convencionales.

 

Convocada por el diputado nacional Claudio Lozano (UP), la audiencia contó con la participación de José Rigane, Secretario General de FETERA y Secretario General Adjunto de la CTA, Gabriel Martínez, Secretaria de Organización de FETERA, Gustavo Calleja, ex Subsecretario de Combustibles de la Nación e importante referente del MORENO, Raúl Dobrusin, legislador por la provincia de Neuquén (UP), representantes de organizaciones como Observatorio Petrolero Sur, Jubileo Sur y académicos que trabajan en la materia energética.

Este proyecto, cuyo tratamiento en Comisiones en el Senado ya ha comenzado, está centralmente enfocado en los recursos hidrocarburíferos no convencionales y en la explotación offshore, creando la nueva figura de explotación no convencional , con extensiones de los plazos de las concesiones que están en línea con el desarrollo masivo de estos proyectos a través de la técnica conocida como fracking.

“Queda claramente explicitado el objetivo de generar todas las condiciones favorables a las grandes empresas trasnacionales del petróleo y el gas, mediante la generalización de incentivos impositivos y fiscales que se habían otorgado por Decreto en julio de 2013 luego del acuerdo entre YPF y Chevron para la explotación de un proyecto piloto en Loma La Lata Norte- Loma Campana, en la formación Vaca Muerta, que ya tiene más de un año de vigencia” afirmó el Diputado Claudio Lozano en una audiencia pública realizada el 7 de Octubre de 2014.

El trasfondo de esta propuesta, tuvo como protagonistas al Gobierno central y a algunas de las provincias petroleras como Neuquén, Chubut, Rio Negro y Mendoza, las que pujaban, por un lado, por conservar sus prerrogativas como poseedoras del dominio originario sobre los recursos hidrocarburíferos, lo cual las habilita a otorgar los permisos de exploración y las concesiones de explotación y, por el otro, por obtener mayores porciones en el potencial reparto de la renta que se generaría con el desarrollo masivo de estos proyectos.