Las medidas consistieron en una interrupción aleatoria del servicio entre de 14 a 16 hs., antecedida y continuada por una apertura de molinetes. Las acciones comenzaron el lunes en las líneas B y C, continuaron el miércoles en la D, E y Premetro, y el viernes en la A y la H.
Con estas medidas, las y los trabajadores del subte, continuamos exigen la reducción de la jornada semanal a 30 horas, para obtener dos francos semanales con el objetivo de reducir la exposición al asbesto.
El asbesto-amianto es un material cáncerígeno prohibido en la Argentina desde el año 2003, sin embargo Emova emitió un comunicado en el que afirma que “no representa riesgo alguno para la salud de los trabajadores”.
“Los datos oficiales desmienten a la empresa: Lamentablemente ya tenemos dos muertos de cáncer por exposición a asbesto en el subterráneo que fueron reconocidos por la Superintendencia de Riesgos del Trabajo. Un trabajador jubilado murió de cáncer en 2020, su caso está en proceso de reconocimiento. Ochenta y cuatro empleados con afección en la Pleura, seis desarrollaron cáncer por exposición a asbesto en su puesto de trabajo. Y una pasajera fue reconocida como afectada en el Amparo Ambiental que tramita en la justicia”, explicó Beto Pianelli, secretario general de los Metrodelegados (Agtsyp).
Esta realidad afecta, y pone en riesgo también, al casi millón y medio de usuarios que diariamente utilizan alguna de las seis líneas y Premetro.
Así lo reconoció la justicia: “Adviértase que ha quedado demostrado que la exposición al asbesto es determinante de riesgo y que su presencia puede ocasionar un grave daño ambiental y a la salud, independientemente de las concentraciones existentes.”
Los metrodelegados exigen la reducción de la jornada semanal, la desabestización inmediata de toda la red, el cambio de las flotas contaminadas y el ingreso de personal.
“Durante la pandemia, los trabajadores formalizamos el pedido de dos francos para reducir nuestra exposición al asbesto. En aquel momento, la empresa podría haber actuado con responsabilidad, y compensar el daño provocado a nuestra salud, firmando una mejora en la jornada de trabajo y de descanso semanal”, advirtió Néstor Segovia, secretario adjunto de los Metrodelegados (Agtsyp).
En cambio, EMOVA inició un proceso de desvinculación de personal, que a la fecha redujo 400 puestos de trabajo, un 10% del plantel y que tiene como objetivo aumentar sus ganancias.
El impacto en la calidad del servicio está a la vista del público: andenes y formaciones sin limpieza adecuada, estaciones sin empleados para cargar la SUBE ni personal para asistir a los usuarios.
“Somos consientes de que el asbesto mata, ya se ha llevado la vida de tres trabajadores del subte y ha afectado a otros 84 trabajadores por el momento, entre ellos seis con cáncer y una pasajera. Exigimos un resguardo para nuestra salud con mejores condiciones de vida”, aseguraron desde el sindicato en un comunicado.
A raíz de la solicitud de reducción de la jornada laboral semanal, la concesionaria EMOVA emitió un comunicado con argumentos que fueron aclarados por los metrodelegados.
En primer lugar, la empresa afirma que el asbesto no representa riesgo alguno para la salud. La Superintendencia de Riesgos del Trabajo reconoció que dos trabajadores fallecieron de cáncer por exposición a asbesto en el subterráneo.
Un trabajador jubilado murió de cáncer en 2020, su caso está en proceso de reconocimiento. Ochenta y cuatro empleados tuvieron afección en la Pleura, seis desarrollaron cáncer por exposición a asbesto en su puesto de trabajo. Una pasajera fue reconocida como afectada en el Amparo Ambiental que tramita en la justicia.
La Cámara Nacional de Apelaciones en lo Contencioso, Administrativo y Tributario, dejó firme el amparo ambiental que presentó el sindicato. En el fallo que se conoció el 17/2/2023, señaló: “Adviértase que ha quedado demostrado que la exposición al asbesto es determinante de riesgo y que su presencia puede ocasionar un grave daño ambiental y a la salud, independientemente de las concentraciones existentes.”
A pesar de las estadísticas y de las evidencias, no hay un plan de desasbestización para la red.
A partir del año 2018, el sindicato presentó pruebas positivas de piezas con asbesto de distintas flotas en circulación, en componentes de talleres y estaciones. Desde entonces, impulsaron medidas al respecto y exigieron un plan integral de desasbestización. Un plan de estas características implica que se apruebe y designe el presupuesto para dicho proceso. Algo que no existe a la fecha
EMOVA no elaboró si quiera el inventario de piezas contaminadas, ni indicó las instalaciones que contienen asbesto.
En los Metros de Madrid y Santiago, dos de los ejemplos citados por EMOVA en su comunicado, fueron las empresas quienes detectaron e iniciaron el proceso para erradicar el contaminante, para luego elaborar los planes de acción que se están ejecutando.
Distinto fue el caso de Buenos Aires: La concesionaria EMOVA y la empresa SBASE – propietaria del Subte- le ocultaron durante años a los trabajadores la presencia de asbesto en la red, a pesar de que la presencia del componente figuraba en los manuales de los trenes. Cuando desde el sindicato manifestaron a EMOVA su sospecha sobre la contaminación, la empresa lo negó.
Fue gracias al accionar del sindicato que se lograron avances en el ámbito subterráneo y en la justicia. Pero pasaron cinco años y todavía no hay un plan en ejecución. Mientras, EMOVA contrata personal fuera de convenio, y sin habilitación, para manipular asbesto y sigue demorada la compra de flota nueva para la línea B.
Durante la pandemia, los trabajadores formalizaron el pedido de dos francos para reducir la exposición al asbesto. En aquel momento, la empresa podría haber actuado con responsabilidad, y compensar el daño provocado a la salud, firmando una mejora en la jornada de trabajo y de descanso semanal.
Los trabajadores del Subte, en sintonía con los países más avanzados del mundo,
están solicitando la reducción de la semana laboral. Emova está eligiendo maximizar sus ganancias a costa del servicio y de la salud de los empleados.