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Ser opositor en la Comuna

Gabriel Zicolillo describió cómo afrontan los obstáculos que encuentran los comuneros opositores al oficialismo cuando intentan ejercer la función para la cuál fueron votados.  

Sobre el final de la entrevista que mantuvo Abran Paso con el comunero en su vivienda, se refirió al funcionamiento de la Junta Comunal de la Comuna 3: “Tenemos una reunión mensual que, en términos generales, el PRO la respeta por lo menos en nuestra Comuna; no conozco si lo hace en todas”.

Las reuniones que mantiene la institución que representa a los vecinos de Balvanera y San Cristóbal son mensuales, con una dinámica poco visible para los barrios. Son de carácter cerrado, no se publican en redes sociales y sólo existen actas a las cuales unos pocos interesados pueden acceder.

En los encuentros se presentan temarios con aspectos a discutir, “se plantean los problemas de las comunas, pero las respuestas que recibimos de los integrantes del PRO y de ECO, que funcionan como si fueran un interbloque, es que la cosa es así y que ‘si no te gusta andá y ganá las elecciones”, destaca.

Al mismo tiempo, Zicolillo muestra una mirada optimista de la gestión llevada adelante en estos años: “algunos logros fuimos teniendo. La semana pasada pudimos realizar la reunión con los legisladores y los vecinos en la Sede Comunal”.

Rememora cómo eran las cosas cuando comenzó su mandato. “Cuando llegamos a la Comuna nos dieron un box y la seguridad nos pedía documentos para entrar. Había un destrato absoluto. Hoy, cada comunero tiene su oficina y su escritorio para poder recibirte”. Considera que consiguieron cosas en términos políticos, pero en lo económico, sostiene, que el manejo de caja es realmente muy complicado porque “ni ellos tienen recursos”. La obtención de recursos depende de la cercanía que se tenga con algunos dirigentes del Gobierno de la Ciudad.

Hay vecinos que buscan soluciones a sus problemas en distintos lugares de la Ciudad, pero no encentran respuestas; entonces, recurren a la Comuna. “Recuerdo un vecino que tenia un container en la puerta de su casa y había un delybery de sushi que tiraba los residuos ahí a las 2 hs. de la mañana y el camión de basura no pasaba hasta las 24.30 hs. de la noche; el pescado no se juntaba por más de 20 hs. El vecino fue lugar por lugar y no le daban solución. Terminamos hablando con el comerciante y llegamos a un acuerdo”, relata.

Concluyó con su visión acerca de la política, “es estar con lo vecinos, escuchar las problemáticas que hay y tratar de encontrar una solución más allá de lo estrictamente vinculado con la norma. Cómo por lo general la Ley no se cumple, hay que hacer algo y  tocamos puertas que exceden claramente nuestras funciones”.