Los trabajadores del Hospital Ramos Mejía, ubicado en Gral. Urquiza 609, en el barrio de Balvanera (Comuna 3), realizaron una asamblea en la puerta del edificio con quite de colaboración. En ese encuentro se decidió convocar a un paro en conjunto con los 34 hospitales porteños, para el próximo martes 26 de abril. Reclaman un aumento del salario y que se pase a los enfermeros contratados durante la pandemia a planta permanente.

La medida fue decidida en el plenario de delegados de los centros de salud del sindicato SUTECBA. Al respecto, Claudio Gomez, delegado por el Ramos Mejia, contó: “Los compañeros están adhiriendo masivamente. Hoy no hay laboratorio, no hay quirófano, no hay turnos. En todos los servicios están con mucha bronca, porque mientras la inflación sube por el ascensor nuestros salarios están subiendo por la escalera. Por eso estamos acá, en unidad con todos los trabajadores, camilleros médicos, enfermeros y administrativos sin división”.
También denunció que el Gobierno de la Ciudad los “viene humillado desde hace varios años” en cuanto a su situación laboral y económica. “Nos están humillando porque quieren cesantear a los contratados que han estado dos años poniéndo el cuerpo, arriesgando su vida y la de sus familias. Por eso es que estamos nuevamente acá, acompañados de 33 hospitales más de la Ciudad, y anunciamos un paro de 24 horas para el 26 de este mes si el GCBA y Horacio Rodríguez Larreta no resuelven lo que la mesa de salud de nuestro sindicato está planteando, que son reivindicaciones postergadas”, expresó.
Los trabajadores piden que se los reconozca salarialmente, que se actualicen los concursos en los tramos inicial, medio y avanzado, y que se pase a planta permanente a todo el personal que fue contratado durante los picos de COVID 19 para paliar la demanda, ya que al bajar la cantidad de casos no tienen ninguna seguridad de que los sigan empleando.
“No queremos que quede ni uno afuera. Nosotros los necesitamos, porque tenemos carencia en el sector de enfermería. Estamos trabajando con el mínimo de personal y nuestros compañeros están agotados después de dos años de pandemia. Están cansados y sobreexigidos. Y ahora que disminuyeron los cuadros de coronavirus comenzó a aumentar la demanda del resto de las especialidades”, concluyó Claudio.
