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Festival Memoria Viva: habitar la calle y construir redes barriales, populares y transfeministas (podcast 🎧 y nota ✍️)

El JJ Circuito Cultural realizó un festival el sábado 25 y domingo 26 con una gran agenda multidisciplinaria que copó la calle Jean Jaures al 300. “Fue una consagración de todo lo que venimos trabajando colectivamente”, expresó Carolina Musacchio, integrante de la coordinación del espacio. Por Ximena González.

El JJ es un centro cultural, transfeminista y barrial, ubicado en Jean Jaures 347, Balvanera, Comuna 3. Nacido durante el gobierno de Mauricio Macri, siempre buscó brindar variadas actividades pero también involucrar a los vecinos en la producción de la cultura. El fin de semana pasado realizaron el Festival Memoria Viva que convocó a cientos de personas a copar la calle, para disfrutar de los más de 40 artistas y talleres para todas las edades.

“Al evento lo pensamos siempre desde una mirada de participación multidisciplinaria y activa de la gente y eso fue lo que sucedió, fue algo impresionante. El sábado tuvimos obras de teatro, lecturas de escritores, actuó Moisés Rivas con su obra Marroncito, tuvimos el Cancionero de la Memoria, a Carnicerxs del amor. Y el domingo hicimos un corte de calle, que también es una forma muy concreta de pensar un festival en el que buscamos construir memoria colectiva, habitando el espacio público. Ahí tuvimos el taller de Filosofía a la Gorra con Diego Singer, un espectáculo de magia, un taller de mover la lengua, de reciclaje para infancias, de poesía y danza, muestras fotográficas, feria de emprendedores y se presentó Teatro x la Identidad y Teatro sin Telón, que es un grupo de teatro comunitario de Almagro. El cierre fue a puro folklore con Bruno Arias, y con la calle absolutamente copada por personas cantando y bailando. Fue una agenda muy nutrida, pensando en públicos diversos. Creemos en la manera de vivir el 24 de marzo también como algo festivo porque celebramos los 40 años de la recuperación de la democracia”, explicó Carolina Musacchio, docente, gestora cultural y miembro de la coordinación del lugar.

Para los integrantes del JJ, el saldo es más que positivo. Carolina lo describió como una consagración de todo lo que vienen trabajando. “Estamos con una alegría enorme porque creemos que lo que sucedió condensa y expresa lo que venimos intentando construir desde el inicio. Ver a toda esa gente nos sorprendió y nos emocionó, porque es lo que queríamos. No somos un sitio que piensa la cultura únicamente ligada a eventos, sino que lo pensamos desde la pluralidad y con mucha vinculación con el barrio del Abasto. Ver a les vecines participando, habitando la calle con nosotres de manera activa, es lo que buscamos en cada proyecto que nos proponemos. También es una manera de responder frente a los ataques de odio y los discursos negacionistas. Creemos que la respuesta es esa: más construcción, más participación y más democratización”, expresó.

Cuando habla de ataques de odio se refiere, principalmente, a uno que sufrieron en el verano, cuando se encontraron que la fachada del establecimiento estaba lleno de pintadas en contra del feminismo. Según contró Musacchio, eso fue muy significativo para ellos, que buscan crear lazos comunitarios, participativos, de acceso y democratización de la cultura.

Sin embargo, resaltó: “JJ nace en el contexto del macrismo. Intentó ser un faro y una respuesta en medio del avance del neoliberalismo en nuestro país. Y siempre se pensó como un lugar de mucha pluralidad, de diversidad de iniciativas artísticas, con conexión barrial. Teatro, música en vivo, danza, proyecciones audiovisuales, muestras fotográficas, talleres variados, actividades de formación, charlas, conversatorios. Abrimos a nuevas posibilidades, nuevas expresiones. Uno mira para atrás y creo que fuimos creciendo también en esa propuesta, integrando a las disidencias y las diversidades”.

Pero además, participan de otros proyectos y redes, como la del Parque de la Estación y una agrupación de Almagro. Desde el Circuito buscan, así, fortalecer la afinidad con su comunidad y nutrirse de esas construcciones. Carolina lo describió como “pensar en los vecinos como sujetos activos que tienen algo para decir, dejarse afectar por las agendas presentes en la zona”.

Esa relación con los ciudadanos se fue construyendo con el tiempo. Fue un proceso de diálogo ya que al principio, algunos de ellos se quejaban por el ruido que salía del establecimiento. Pero hicieron obras obras para acustizarlo y eso mejoró la situación. “Ahora ya estamos en otra etapa, que es la etapa de construir el vínculo con esos ellos, y es lo que vimos que sucedió el fin de semana. Obviamente que eso es algo que hay que continuarlo siempre. Tenemos que seguir dialogando, poniéndonos de acuerdo. Pero estamos también orgulloses de ese proceso que pudimos hacer, de ir acordando, y comprender también lo que significa gestionar un espacio de cultura independiente”, apuntó, a la vez que concluyó: “Esperamos que más personas nos conozcan y que sepan que es un ámbito abierto para traer propuestas, para seguir construyendo esa participación colectiva que es tan importante en este momento del país y de la Ciudad”.