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El triunfo de Lula y la oportunidad para América Latina

El triunfo histórico y ajustado de Lula abre diversos desafíos para la región. En este episodio hablamos de lo que significa el tercer triunfo del líder metalúrgico, la inestabilidad sudamericana, el triunfo de los progresismos (¿o de los opositores?) y la ventana de oportunidad para que Argentina abandone el ajuste que impone el FMI. Por Martín Bustamante

El tornero, el metalúrgico que nació en una casa con necesidades básicas insatisfechas en el nordeste de Brasil se consagró por tercera vez presidente, algo que nunca nadie consiguió en la historia de Brasil. Atravesó un cáncer, despidió a su esposa, a su nieto cuando estaba detenido, estuvo 580 días preso por una sentencia que luego fue anulada, tiene 77 años y gana las elecciones presidenciales, otra vez. “Quisieron enterrarme vivo y acá estoy”, dijo al pronunciar sus primeras palabras como presidente electo.

Derrotó a Bolsonaro, que a su vez es el primer presidente de la historia brasileña que no consigue su reelección a pesar de que contó con todo el aparato del Estado para llevar adelante las políticas necesarios que le permitan, sobre todo en el tramo final de la campaña, conseguir la adhesión de los indecisos.

El resultado fue muy ajustado. Lula obtuvo el 50.90% (poco más de 60.300.000) de los votos y Bolsonaro 49.10% (58 millones). La diferencia estuvo en torno a los dos millones de votos. En comparación con la primera vuelta, el candidato del PT aumentó su caudal en 3 millones y su opositor 7 millones. El crecimiento del ultraderechista fue superior, aunque los candidatos que salieron en tercer y cuarto lugar, con cuatro y cinco millones respectivamente, apoyaron al metalúrgico.

A los pocos minutos de conocerse el resultado definitivo, cuando la tendencia ya era matemáticamente irreversible, el presidente electo brindó sus primeras declaraciones en un discurso relajado y leído, centrado en la lucha contra el hambre, en la importancia de re industrializar Brasil, en el llamado a la unidad y en la defensa de la selva amazónica.

La mayoría de lo gobernadores salieron rápidamente a reconocer los resultados, actitud que fue imitada por Sergio Moro, el ex juez que dispuso la detención del líder del PT. En el plano internacional, fue indispensable el trabajo del experimentado equipo petista de relaciones exteriores, quien consiguió las expeditas felicitaciones de los principales líderes del mundo (Joe Biden, Emanuel Macron y los presidentes de los países de la región, entre otros).