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La salud, enferma

La Defensoría del Pueblo realizó un relevamiento en los hospitales públicos de la Ciudad de Buenos Aires en el que se muestran los problemas que tiene la población para acceder a la salud en la atención de primer nivel. “Hay una naturalización del problema en la salud pública. Si cualquiera de nosotros, por ejemplo, tiene que perder todo un día, o llegar a las tres o cuatro de la mañana para atenderse, estamos ante un problema casi estructural”, explicó el jefe del área de salud de la Defensoría, Claudio Bloch,

quien además dijo que el relevamiento surge de la necesidad de demostrar que la problemática existe a pesar de lo que las propagandas de los gobiernos en los medios intenten demostrar.

“Nosotros entendemos que si no hay presión tanto de los actores estatales como de la población civil, es muy difícil que se pueda revertir una cuestión que amerita sentarse a pensar y a actuar muy profundamente”, aclaró Bloch en relación a un problema que “viene desde hace mucho tiempo y no sólo en estos últimos años”.

Para ejemplificar uno de los inconvenientes en la salud pública porteña, el jefe del área de salud de la Defensoría dijo: “Ninguno de nosotros tiene la luz, el teléfono y el gas prendidos todo el día en su casa, entonces, ya que los hospitales de la ciudad funcionan hasta el mediodía, todos los ciudadanos estamos gastando en un espacio ocioso”. Además, Bloch enumeró como uno de los problemas la falta de anestesistas, “porque un cuerpo que era científico se ha convertido en una corporación que pareciera ser que es distinta al resto de los médicos, y eso dificulta la posibilidad de tener anestesia adecuada. Por lo tanto, si no hay anestesistas tampoco hay cirugías, y si no hay cirugías aumenta la lista de esperas”.

Por último, Bloch dijo que hay una contradicción entre la capacidad que tiene el cuerpo médico en la ciudad (ya que hay muchos profesionales) y la capacidad de respuesta en los hospitales.