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Liniers se pintó de azul y amarillo

Una crónica xeneize desde el estadio José Amalfitani, donde Boca Junior trasladó su localía para enfrentar a Rosario Central. Por Ulises Barreiro.

Una vez más la parcialidad xeneize invadió el territorio de Liniers, como es costumbre de la familia xeneize. Boca Juniors jugó en Velez. Las socias y los socios fueron hasta allí en algunos casos y en otros directamente eran de la zona. No nos olvidemos que el club de la rivera, con sus más de 233.000 asociados, ya es local en todos lados. Tanto en la República Argentina, como en otros países. Un ejemplo de esto es que desde el consulado de Texas, en los EEUU, ya superaron los 101 socios. Eso sin contar otras oficinas diplomáticas norteamericanas.  

De esta forma, los hinchas de boca desde las cuatro de la tarde comenzaron a copar el barrio del oeste capitalino. Comerciantes de la zona agradecidos por el incremento del consumo interno de alimentos, que la parcialidad velezana no llega a consumir por una lógica clara …. LA MITAD MÁS UNO llegó a Liniers. 

Desde las 17.30 hs., en que se dio el ingresó al estadio, comenzó el carnaval xeneize: las canciones que reflejan la identidad boquense, el cántito dedicado al rival de turno, en este caso Rosario Central. 

A las 18.40 ingresó el jugador Nº 12 organizado y se comenzaron a atar las banderas,  18:45 comenzaron a zonar los bombos en la zona, las socias y socios a cantar… la fiesta ya estaba instalada. El equipo de fútbol masculino de Boca Juniors tenía asegurado su aliento como es costumbre desde el recordado Toto Caffarena, hasta el presente. 

Soy de Boca desde que estaba en la cuna..  A Boca Juniors lo sigo a donde va…. este año de la mano de la 12…. todos juntos la vuelta vamos a dar…..

Sonaba cada vez más fuerte….

Así se comenzaban a calentar las gargantas en esa tarde nublada y húmeda de Liniers. A Las 19:05 comenzó la fiesta deportiva. En el primer tiempo dominó Boca….  arrancó atacando, Central de contragolpe trató de llegar al arco de Agustín Rossi, los jugadores de central se tiraron haciendo tiempo, una actitud clásica de equipos chicos… Central provocó desde afuera del área, algunos tiros, pero no pasó de eso. El xeneize buscó espacios, le costó entrarle a la aguerrida defensa de Central,  pero le fue manejando el partido poco a poco, hasta que en el minuto 24, a Agustín Rossi tocó atajarle un penal a Emiliano Vecchio, sacó su fuerza interior, y Boca seguía con su arco en cero, fiesta boquense, alegría y carnaval en las tribunas. A todo esto la Nº12 alentaba y alentaba, el árbitro Ariel Penel, no contó un penal favorable para Boca Juniors. Allí la gente comenzó a cantar más fuertemente …

El xeneize fue el único que propuso un juego colectivo en el encuentro, Central sólo viajó de turismo a Liniers, se dedicó a cortar el juego mediante faltas sistemáticas y demás artimañas clásicas de un DT de fútbol chico.  Se sumaron las tarjetas amarillas en el equipo rosarino, tres tiros de esquina para Boca Juniors, ninguno para el visitante, quien hizo entrar en el juego brusco a los jugadores de Boca Juniors, y el plantel xeneize se olvidó de jugar. Entró en ese juego bien latino de macho alfa, al final el negocio lo hizo Central que se fue con un 0 a 0 al entretiempo.

En el segundo tiempo,  el xeneize se encargó de descargar el exitoso peso de su historia. El entrenador habló en el vestuario y ya los jugadores no se engancharon en las desconcentraciones que proponía Central. Hubo mano del DT Sebastián Battaglia, cambio en Boca Juniors, salió el pulpo Diego González, entró Aaron Molinas, y le dio oxígeno a Boca Juniors. Aunque el árbitro no estuvo a la altura de las consecuencias, dejó pegar mucho a central, y lentamente se le fue el partido de las manos, partido cortado, fraccionado y el hombre vestido de negro como protagonista del segundo tiempo. Así llegó el gol al minuto 81 de Frank Fabra, con asistencia de Molina, gol y alegría, alegría generalizada y canalizado en la magistral gestión política partidaria que comanda Jorge Amor Ameal, y su gran equipo de dirigentes, desde el fallecido recientemente Roberto Digon, hasta Carlos Navarro, Carlos Scalesi, Sebastian Francés, y la exitosa lista continúa. 

El marcador, se puso 2 a 0 y el xeneize dominó el encuentro, otros cambios se dieron en Boca Juniors, partir del segundo gol. La tribuna alegré cantó, y desde la cuarta bandeja miles de almas más alentaron como siempre. Pero, el equipo lentamente se durmió en los minutos finales y Central metió un gol, el del honor, como para no quedar como un equipo tan, pero tan chico, gol del canalla Lucas Martínez. Boca seguía arriba 2 a 1. Hubo una desconcentración en la defensa en su y ataques furtivos pero desolados en la delantera. Pasaron los minutos, Boca seguía dominando y el partido se fue acabando. El conjunto de Battaglia no jugó bien, pero ganó a lo Boca…

Volviendo a lo fútbolístico, Boca Juniors dominó el encuentro, ganó, gustó en el caso de aquellos que les gusta ganar sufriendo, y superó esta prueba.  Mantiene esa marcha hacia la cima de la punta del campeonato para poder lograr una estrella más en su rica historia futbolística.  Por otro lado, Liniers se vistió de azul y amarillo, y la avenida Juan B. Justo fue un carnaval.