Es importante comprender que las Cooperadoras son organismos que ejercen política a través de sus acciones, ya que toda acción conlleva una dimensión política. Sin embargo, es fundamental diferenciar entre política partidaria y la labor desempeñada por estas organizaciones.
A simple vista, podría parecer que las Cooperadoras realizan política partidaria, pero en realidad, su propósito se centra en reclamar mejores condiciones para sus comunidades educativas ante el gobierno de turno. En este caso, el gobierno ha sido el mismo durante años y lamentablemente ha fallado en escuchar las voces y atender las necesidades planteadas por las Cooperadoras.
Con el paso del tiempo, los presupuestos asignados a la educación han disminuido, generando una ejecución insuficiente. Además, se ha observado un trato cada vez más precario hacia los diversos actores de la comunidad educativa, lo que ha llevado a un desgaste generalizado en las escuelas.
La precarización de los puestos de trabajo docente, la promoción de la idea de que la escuela pública no es una elección y la creciente imposición de nuevas responsabilidades y obligaciones a las Cooperadoras son algunas de las formas en que se dificulta el funcionamiento de las instituciones educativas.
Ahora bien, ¿qué son exactamente las Cooperadoras? Estas organizaciones están conformadas por familias que voluntariamente donan su tiempo y conocimientos para contribuir a la construcción y mejora de las escuelas.
La cantidad de tiempo dedicado por estas personas varía según la composición y distribución de tareas en cada Cooperadora. Algunas personas colaboran durante todo un turno de jornada simple de lunes a viernes, mientras que otras acuden cada vez que la escuela las necesita, e incluso hay quienes invierten muchas horas adicionales para llevar a cabo lo acordado en las reuniones. Una reunión mensual de la Cooperadora implica, como mínimo, tres horas de trabajo por parte de todas las personas involucradas.
En definitiva, podemos afirmar que existen personas que trabajan a tiempo completo y otras a tiempo parcial en defensa de la educación pública. Sin embargo, es importante destacar que las Cooperadoras no son enemigas del gobierno de turno, sino que trabajan incansablemente para construir una comunidad educativa sólida y exigir la ayuda que se les debe brindar.
Por este motivo, las Cooperadoras Escolares de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires solicitan tres puntos fundamentales para garantizar la calidad educativa:
- Revisión de la ley de Cooperadoras aprobada en diciembre de 2022.
- Mejoras sustanciales en el Fondo Único para el Desarrollo Educativo (FUDE) para el presente año.
- Fin del discurso de odio hacia las Cooperadoras y reconocimiento de su labor fundamental en el sostenimiento de las escuelas.
En un reciente video, la Ministra Soledad Acuña aparece instruyendo a un grupo de personas sobre cómo enfrentar a las Cooperadoras. En sus palabras, destaca la importancia de comunicarse directamente con los padres y madres de las escuelas y respaldar a los directivos en aquellas instituciones donde las familias tienen un perfil ideológico definido. No obstante, es imprescindible comprender que las Cooperadoras no actúan como gerentes o propietarios de las escuelas, sino como colaboradores comprometidos con la mejora constante de la educación pública.
En conclusión, las Cooperadoras Escolares representan una fuerza política comprometida con la construcción de comunidades educativas sólidas y la defensa de la educación pública. Su labor incansable es fundamental para sostener las escuelas en momentos en que los gobiernos no brindan las condiciones necesarias. Es crucial que se reconozca su aporte y se atiendan sus legítimas demandas para garantizar una educación de calidad para todos.