Julio Pasquarelli estudio en la Escuela Normal Mariano Acosta y sus hijos también. Durante muchos años fue docente y hoy se desempeña como Vicerrector de la Institución.
Su amor por la educación pública y por “El Acosta” es evidente. Parece dispuesto a todo, a soportar todo tipo de presiones para que se solucionan los problemas edilicios más urgentes que tiene el colegio, incluso aunque eso le cueste el cargo.
Transcurre un miércoles de invierno en Balvanera, Buenos Aires. El sol le da una breve tregua a los estudiantes, docentes, padres, madres, directivos y periodistas que se concentran en la puerta del Acosta. El calor dura poco y el frio promete quedarse varios meses.
Las calefacciones no funcionan, el Centro de Estudiantes protesta y los docentes despliegan sus frazadas. Juntos realizan el frazadazo en la puerta del Colegio, con la presencia de unos 100 alumnos, docentes, padres, madres y directivos.
El Mariano Acosta es un colegio imponente, es la segunda escuela que se creó en el país. Está por cumplir 150 años y su edificio fue diseñado por el mismo arquitecto que estuvo a cargo de la creación del Teatro Colón.

Su directivos piden mesas de diálogo y trabajo con la Dirección General de Infraestructura porque es una escuela que necesita permanentemente arreglos que no se realizan. “Se está trasformando en una escuela en emergencia edilicia”, cuenta Pasquarelli.
Cuentan con tres calderas y una más para un sector que los estudiantes denominan TrasnSiberia por el frío del lugar. Sólo funcionan dos ocasionalmente “porque vinieron los medios”. Además, las apagan de noche y al día siguiente la escuela está completamente congelada.

Pero lo problemas no se restringen al gas. Se realizó una relevamiento y se verificó que hay aulas que tienen el 90% de sus luces quemadas porque hay cortos en el sistema eléctrico. El nivel inicial tiene paredes con humedad en las salas de tres, cuatro y cinco años.
El Acosta es parte del patrimonio histórico y cultural del barrio. Un orgullo que se mantuvo a lo largo de los años gracias al esfuerzo de sus protagonistas.
